STRESS, MAL DE SIGLO Un día normal… levantarse muy temprano (5 ó 6 am) si no vives en alguna Ciudad Dormitorio alrededor de la Gran Caracas, lidiar con el traslado o transporte a su trabajo y de su hijo(s) – si los tiene – al Colegio o Escuela, interactuar en climas organizacionales o sociales encrespados y faltos de compañía para aliviar tensiones. Además sin dejar de contar las insatisfacciones económicas (“todo sube, menos el sueldo”; “los precios los suben por el ascensor de la Economía, mientras los sueldos suben por las escaleras”). A todo lo anterior, sumemos comidas sin balancear, caras y poco nutritivas; para que la vueltas a casa más se parece a una “Campaña Admirable” o “Destrucción del Guerrero”, que el retorno de un Ciudadano feliz de la jornada cumplida. Aunque parezca exageración lo anterior, a lo mejor nos quedamos cortos con la realidad de cualquier citadino. Ahora todo éste conjunto de situaciones vividas tienen un impacto muy negativo al experimentarse todo los días… El cuerpo sometido a tanta presión constante, producto de los tres (3) focos del Estrés: Medio Ambiente o Contexto Social difícil, cuerpo sometido a presiones y nuestros pensamientos, hacen que el corazón “viva acelerado, hipertensión, problemas de la circulación sanguínea, probable formación de úlceras estomacales, alergias, asma, malas digestiones, estreñimiento asociado con la depresión o diarreas relacionadas con los miedos, ataques del corazón, disminución de la acción del Sistema Inmunológico, probable creación de la alteración de la glicemia (Diabetes). ¿Qué hacer ante este cuadro patético del día a día en el siglo XXI? Si bien todos estamos sometidos al vaivén de éstos factores que afectan al Ser Humano, cada uno de nosotros tenemos la posibilidad de actuar con nuestras herramientas personales y según percepción, actuar con ciertas estrategias… Algunas de ellas son: •Practicar ejercicios (2 ó 3 veces por semana): caminatas, por ejemplo. •Hacer un régimen balanceado de las comidas. •Moderar o evitar consumo de café. •Respirar de forma conciente. •Planificar, anticipadamente y con flexibilidad, sus actividades. Tener un “Programador” o agenda para tener tiempo para Ud. en todo lo que le agrada o sus responsabilidades. •Escuchar música relajante, sobre todo al estar solo(a). Hacer silencios frecuentes para “encontrarse” con uno mismo. •Tener mascotas o acéptalas a aquellos que las posean y muéstrese bondadoso y cariñoso con ellas. •Compartir más con familiares y amigos sus emociones, sensaciones y pensamientos a las horas de comidas. •Ver tv moderadamente. •Tejer o bordar. •Hacer compras o “vitrinee” de cosas que le agrada ver. •Practicar el cuidado a las plantas. •Hacer bailoterapia. •Realizar labores de manualidades, si tiene ciertas destrezas. •Cocinar. •Hacer alguna labor social de Voluntaria(o). •Dibujar o pintar. •Armar rompecabezas o juegos de mesa. •No se ahogue en un vaso de agua…vea, analice y actúe serenamente. •Sea más optimista, mente positiva, procure ver o buscar el lado bueno, lección o “regalo” de las circunstancias adversas. •Reirsé más frecuentemente, aunque no haya razón de hacerlo. •Practicar su creencia religiosa. •Hacer yoga, practique la Meditación y Visualización. •Leer todo aquello que le nutra, pero hágalo a diario con pasión. •No exagerar el tamaño o importancia de hechos difíciles vividos a diario, no los remodere o reviva esos momentos. •Practicar el perdón, para no quede en el resentimiento. Si el estrés es laboral, ¿qué hacer? •Libérate de malos hábitos emocionales: quejarte, culpar a alguien de lo que te pasa y avergonzarte de tí. •Aléjate de los actos tóxicos: chismes, discusiones, recordar momentos desagradables una y otra vez en las relaciones personales. •Tú eres el estrés que te planteas, sé parte de la solución no del problema. •Propón soluciones o alternativas ante los inconvenientes de trabajo. Hazlo como sugerencia. •Imitar o seguir liderazgos negativos o conflictos por compañerismo mal entendido no nos lleva al éxito o armonía del equipo de trabajo. •La envidia te atasca ¡suéltala! Alégrate del éxito de los demás. •Lamentablemente de lo que pasó o mortificarse por lo que pueda pasar en un futuro incierto, es perder el tiempo… •Actúa ya ¡Ahora! Para manejar el estrés de forma positiva, te sugiero tres (3) cosas: •Disfruta las actividades que te gustan o apasionan, haciéndote trascender y fluir con el tiempo. •Administra tu tiempo, usa “programador” o agenda; además practica el ejercicio: “Detén un minuto de tu tiempo, tres veces al día”. Finalmente, amigo(a) al manejar (y no tratar de controlar) el estrés, tendrás más energía, salud, vitalidad, mucho mejor emocionalmente y vivirás libre y “Feliz porque sí”… ¡Nos vemos en el camino! Sonríe y Gracias por leer éstas sugerencias.

Tu Paz Interior depende de ti.

Mis apreciados y muy queridos lectores. Ante todo te deseo un lindo y espectacular día y si vas o estas en periodo de vacaciones te deseo un descanso reparador y relajado. En el artículo anterior (Revista n. 209) escribí sobre la Paz Interior. Quiero ofrecerte este siguiente mensaje que nutra tu alma y te dé una nueva mirada y tal vez posible respuesta a tantas preguntas que te has hecho. “ Era una vez un Gran Samurái que vivía cerca de Tokio. Aunque Viejo, se dedicaba a enseñar el arte zen a los jóvenes. A pesar de su edad, corría la leyenda de que aún era capaz de derrotar cualquier adversario. Cierta tarde, un guerrero conocido por su total falta de escrúpulos apareció por allí. Quería derrotar al Samurái y aumentar su fama. El viejo aceptó el desafío y el joven comenzó a insultarlo.
Pateó algunas piedras hacia él, escupió en su rostro, gritó insultos, ofendió a sus ancestros, etc… Durante horas hizo todo para provocarlo, pero el viejo permaneció impasible. Al final del día, sintiéndose ya exhausto y humillado, el guerrero se retiró. Y los alumnos, sorprendidos, preguntaron al maestro como pudo él soportar tanta indignación. Si alguien llega hasta ustedes con un presente, y ustedes no lo aceptan, ¿a quién pertenece el presente? - A quien intentó entregarlo, respondió uno de los discípulos. - Lo mismo vale para la injuria, la rabia, la calumnia y los insultos. Cuando no son aceptados, continúan perteneciendo a quien los traía consigo. Tu paz interior depende exclusivamente de ti.
Las personas no pueden quitarte la calma. Sólo que tú lo permitas” Vivir es una aventura solo le ponemos el adjetivo de positivo o negativo según la óptica que se vea. Un fuerte abrazo sincero lleno de cariño!!! Correo: familiaenaccionave @ gmail.com Twitter: @ familiaavec

ESCUELA DE FAMILIA EN ACCIÓN

Hola amigos y amigas para mi es grato estar aquí, por medio de estas líneas, compartir un conjunto de emociones, experiencias y un sin fin de cosas. Pero antes quiero iniciar este artículo con la siguiente historia.
BAMBÚ JAPONÉS
“No hay que ser agricultor para saber que una buena cosecha requiere de buena semilla, buen abono y riego constante. También es obvio que quien cultiva la tierra no se para impaciente frente a la semilla sembrada y grita con todas sus fuerzas: Crece, bendito seas!
Hay algo muy curioso que sucede con el bambú japonés y que lo transforma. en no apto para impacientes:
Siembras la semilla, la abonas, y te ocupas de regarla constantemente. Durante los primeros meses no sucede nada apreciable. En realidad no pasa nada con la semilla durante los primeros siete años, a tal punto, que un cultivador inexperto estaría convencido de haber comprado semillas infértiles.
Sin embargo, durante el séptimo año, en un período de sólo seis semanas la planta de bambú crece ¡más de 30 metros! ¿Tardó sólo seis semanas en crecer?
No, la verdad es que se tomó siete años y seis semanas en desarrollarse. Durante los primeros siete años de aparente inactividad, este bambú estaba generando un complejo sistema de raíces que le permitirían sostener el crecimiento que iba a tener después de siete años.”
A lo largo de la historia la familia han seguido patrones o modelos que les ha permitido llevar una línea de crianza, cultura y educación creando así una estructura de vida que se repiten de generación en generación Así mismo como en la metáfora ante citada, deseamos resultados rápidos cuando en verdad no vemos que todos proceso lleva su propio ritmo.
Sin embargo, en la vida cotidiana, muchas personas tratan de encontrar soluciones rápidas, triunfos apresurados sin entender que el éxito es simplemente resultado del crecimiento interno y que este requiere tiempo. Quizás por la misma impaciencia, muchos de aquellos que aspiran a resultados en corto plazo, abandonan súbitamente justo cuando ya estaban a punto de conquistar la meta.
Es tarea difícil convencer al impaciente que solo llegan al éxito aquellos que luchan en forma perseverante y saben esperar el momento adecuado.
Hoy día las Familias necesitan seguridad en sí mismas y confiar en cada miembro que la conforma desarrollando así Seres Humanos más justos, críticos y con valores.
Surge entonces la pregunta, ¿cómo hacerlo? Pues bien en búsqueda de sembrar la primera semilla se creó ESCUELA DE FAMILIA EN ACCIÓN cuya misión es: Renovar la conciencia de los derechos y deberes de las familias ayudándolos a potenciar su formación permanente para el logro de proyectos de vida familiar a la luz del Evangelio ¡siendo su propio modelo¡
Es cierto que hay mucho por hacer, pero también es cierto que ya estamos en el camino, con un mismo cantar y una misma sincronía. Tengo confianza y seguridad que esa luz que toda familia tiene se avivara aún más. Es necesario entender que en muchas ocasiones estaremos frente a situaciones en las que creemos que nada está sucediendo. Y esto puede ser extremadamente frustrante. En esos momentos (que todos tenemos), recordar el ciclo de maduración del bambú japonés,( los 7 años de letargo del bambú japonés) y aceptar que en tanto no bajemos los brazos , ni quienes no se dan por vencidos, van gradual e imperceptiblemente creando los hábitos y el temple que les permitirá sostener el éxito cuando éste al fin. El triunfo no es más que un proceso que lleva tiempo y dedicación. Un proceso que exige aprender nuevos hábitos y nos obliga a descartar otros. Un proceso que exige cambios, acción y formidables dotes de paciencia. Si no consigues lo que anhelas, no desespere, quizá solo estés echando raíces. Te propongo tratar de recuperar la perseverancia, la espera, la aceptación.
Quiero cerrar agradeciendo a Dios en compañía de su Madre Santísima todos los momentos vividos y los que estarán por vivir.
A las familia de cada uno de los participantes que asistieron, por su apoyo y comprensión y de igual forma a mi familia.Solo me resta decirles ¡¡ GRACIAS!!

El Abrazo una experiencia Familiar

Todos en la vida celebran una vez al año su cumpleaños o alguna fecha importante. Pues bien el Abrazo en Familia también tiene su momento, este año lo celebramos del 1 al 8 de noviembre de 2009 Aprovecho esto para expresar en este último período de este año que está en curso para enviar a todos y todas que de una u otra forma se han acercado, participado y trabajado en el crecimiento de las Familias.
Muchos se preguntarán, ¿por qué un abrazo? ¿qué valor tiene un abrazo? Pues bien permítanme decirles que: “Un abrazo hace que uno se sienta bien. Investigaciones científicas apoyan el hecho de que los abrazos son absolutamente necesarios y muy recomendables para el bienestar físico v emocional, veamos: Un abrazo, es agradable v ahuyenta la soledad; aquieta los nervios.
Fortalece la autoestima; demora el envejecimiento, ayuda a dominar el apetito, alivia las tensiones, combate el insomnio, es democrático. Para darse no necesita de un lugar especial, hace más felices los días felices.
Más soportables los días insoportables. Llena los vacíos de la vida.
Al dar un abrazo se expresa y se hace sentir:
Amor, cariño, seguridad, protección, confianza; fortaleza, apoyo, aprecio, amistad, alegría; felicidad.
Abrazos? Dónde? cuándo?
Cualquier lugar es bueno para un abrazo. A cualquier hora, en la mañana, tarde o noche Acompañados siempre de una sonrisa.
Se debe recordar:
4 abrazos para sobrevivir
8 para mantenerse en pie
12 para crecer.
Pero los más bonitos son los espontáneos, los que damos o nos dan a la hora más inesperada...

Que significa ser Padre Hoy...

El 'buen padre', imagen ampliamente difundida por las sociedades de consumo, es la de 'proveedor': aquél que satisface todas las necesidades materiales del hogar. Para "que no les falte nada a los hijos" trabaja jornadas dobles y aún los fines de semana. El padre no logra satisfacer las necesidades presentes, cuando ya le han sido creadas otras. Así se desgasta febrilmente, sin darse un respiro para disfrutar lo importante: la experiencia única de ver crecer a los hijos.
Los padres que han logrado vencer las tradiciones atávicas de ser meros proveedores, comparten el gozo en la crianza de los hijos y hablan de "una nueva dimensión en la convivencia familiar".
A pesar de los iracundos reproches de quienes pretenden perpetuar el tabú inmemorial de que cuando el padre se involucra emocionalmente con el hijo se torna 'suave como una segunda madre', y que si participa en el cuidado y atención del hijo se convierte en simple 'mandilón', cada día son más los padres presentes en el quirófano en el momento del nacimiento de sus hijos, en los cursos prenatales y de posparto para capacitarse en el cuidado del bebé.
Se necesitan dos para engendrar un hijo. También se necesitan dos para su desarrollo. La intuición femenina permite a la madre establecer una comunicación vital con el hijo desde el momento mismo de su nacimiento. Interpreta las señales de temor en el infante y con mimos lo tranquiliza y conduce suavemente.
La voz del padre es de importancia suma: da seguridad, confianza en el porvenir, establece los límites de la conducta infantil, y cierra el círculo del amor que debe rodear al niño. El padre proporciona un elemento único y esencial en la crianza del hijo y su influencia es poderosa en la salud emocional. La madre le dice: "con cuidado", y el padre le dice "uno más", al estimular al pequeño a subir otro peldaño para que llegue a la cima. Juntos, tomados de la mano, padre y madre guían al retoño en el camino de la vida.
El padre de hoy se abre a las necesidades más sutiles del hijo: las emocionales y las psíquicas. Trasciende la preocupación de sí mismo y sus ocupaciones, y logra ver al hijo en sus propios términos. Propicia el ambiente que le permita el desarrollo de su potencial en un marco de libertad responsable, no de dominación.
No se detiene en la periferia, sino que conoce al hijo de cerca. Lo guía sin agresividad, con firmeza motivada y razonada, por el camino de los valores que desea heredarle. El padre de hoy se ha dado permiso para ver con ojos de amor al retoño de sus entrañas. Advierte en el hijo, más allá de las limitaciones presentes, el cúmulo de posibilidades que está por realizar. Y a su lado goza cada peldaño de su desarrollo.

Fuente:http://www.aciprensa.com/Familia/padrehoy.htm